Calpe

¿Calas inmaculadas de aguas turquesas o playas de arena finísima? Lo mejor de Calpe es que no tienes que elegir, todas están en sus 13 largos kilómetros de costa. Las playas del Arenal-Bol y de La Fossa – Levante y Cantal Roig cuentan con bandera azul que acredita sus servicios, y son las elegidas por deportistas y familias. En cala Calalga, cala el Racó o cala del Penyal, entre otras, la naturaleza es protagonista. Imposible resumir sus bondades en solo unas líneas.

El gran Peñón de Ifach, fiel vigilante de Calpe, eleva sus 332 metros junto al mar. Las vistas desde la cima son indescriptibles, por lo que recorrer el sendero hacia ella, siempre bien calzados, es un más que recomendable plan. Su fondo marítimo es igualmente extraordinario, con arcos y pasadizos que lo hacen un paraíso para el buceo. La parte sur, en Cala Racó, es perfecta para hacer snorkel. Sin duda, el Peñón es mágico, lo mires por donde lo mires.

El arquitecto Ricardo Bofill dejó su impronta en los edificios residenciales La Muralla Roja y La Manzanera, de estilo constructivista. Levantados en la década de los 70, desde entonces han inspirado a todos los interesados por la arquitectura y en los últimos años se han convertido en objeto de deseo para muchas marcas, que han rodado aquí sus campañas internacionales, y para amantes del ángulo perfecto, que buscan fotografiarse en cualquiera de sus rincones.

Cigüeñuelas, gallinetas, cormoranes y los elegantes flamencos se cuentan entre las aves que pueden avistarse en el parque natural de las Salinas de Calpe, un espacio de gran riqueza natural en el centro de la ciudad. A los aficionados a la fotografía también les encantará este tranquilo enclave, que en el pasado abastecía de sal a la industria pesquera y que ahora es hogar temporal de aves migratorias.

Un paseo vespertino por el casco antiguo es una de las mejores cosas que hacer en Calpe en cualquier momento del año. Sus calles empedradas y plazas escondidas, repletas de flores y color, nos hablan de la antigua villa. El Torreó de la Peça, parte de la muralla que protegía a la población, o el Forat de la Mar, desde donde los marineros comprobaban el estado de la mar para salir o no a navegar, son algunos de los puntos de interés que encontrarás en esta singular zona de Calpe.

Desde siempre, Calpe ha estado muy ligada a la tradición marinera, uno de los principales sustentos de la población. Hoy en día, pasear por el Puerto Pesquero y observar las barcas que vuelven de faenar o visitar la Lonja de Pescadores para ver la subasta del pescado que se acaba de capturar es una buena forma de captar esa arraigada cultura del mar que forma parte de la esencia de Calpe.

En Calpe es posible tomar un baño en una piscifactoría construida por los romanos hace casi 2000 años. La leyenda cuenta que hasta los Baños de la Reina, y a través de pasadizos que comunicaban esta zona con la montaña, llegaba una reina mora a bañarse. ¡La historia de esta localidad marinera y de las civilizaciones que la han poblado asoma en cada rincón de Calpe! En el museo arqueológico podremos ampliar la visión de su rica historia.

¡Tantos deportes, tantas posibilidades! Con el suave clima de Calpe, es posible practicar deportes náuticos todo el año, mejorar su swing en el golf o descubrir rutas a pie que discurren por preciosos parajes naturales. Desde las más convencionales hasta las que concentran una dosis mayor de aventura, son pocas las disciplinas deportivas que no pueden practicarse en Calpe.