Si eres un amante del ciclismo y disfrutas realizando viajes en bici seguro que la aventura que te proponemos a continuación te encantará. La Costa Blanca es uno de los destinos preferidos tanto por españoles como por extranjeros para pasar sus vacaciones. Muchos se desplazan hasta estas cálidas tierras a lo largo de todo el año pero pocos de ellos se atreven a hacerlo encima de una bicicleta. Sin embargo, resulta que una de las mejores maneras para disfrutar de los paisajes y localidades de la Costa Blanca es de esa forma.
Recorrer el litoral alicantino montado sobre una bici permite apreciar todos los encantos de esta rica tierra y conocer al detalle aquello que la hace tan especial. No hace falta tomarse unas largas vacaciones para poder realizar este viaje, con cuatro días tendrás más que suficiente para deleitarte con todos los atractivos de esta zona a orillas del Mediterráneo.
Viaje en bici de 4 días por la Costa Blanca
ITINERARIO
Día 1: Este particular itinerario parte desde el municipio costero de Dénia desde el cual se toma el trayecto que lleva a la Vall de Gallinera, la Vall d’Alcalá y la Vall d’Ebó. Estas tres zonas montañosas se encuentran en el interior de la comarca de la Marina, a unos 50 kilómetros de Dénia. Esta primera jornada de viaje está marcada por los parajes abruptos que se vislumbran desde lo alto de las sierras, así como por los estrechos caminos y las pendientes que se encuentran durante el ascenso.
Tras disfrutar de un pequeño descanso tendrás que iniciar el descenso y dirigirte hacia Parcent, pueblo en el que harás noche y recuperarás fuerzas. El primer día de viaje suele ser el más duro y en este caso más, ya que es una jornada puramente de montaña. Sin embargo, si eres un verdadero amante del ciclismo quedarás encantado
Día 2: Retoma el viaje en bici por la Costa Blanca con la vista puesta en el Coll de Rates, el mítico puerto de montaña que ha formado parte de numerosas vueltas ciclistas y que afrontarás durante la segunda jornada de tu aventura. Lo mejor es encarar la subida por la parte sur de la sierra (en teoría la más sencilla) para hacer frente el trayecto más duro con el descenso. En el punto más alto se alcanzan los casi 1.000 de altura sobre el nivel del mar y desde allí se contempla el Montgó, el mar e, incluso en días claros, la isla de Ibiza.
Una vez concluido el descenso hay que poner rumbo a la localidad de Tárbena y de ahí a la Vall de Guadalest que se encuentra a poco más de 27 kilómetros. De nuevo un tramo de montaña de los divertidos por las carreteras serpenteantes y las buenas vista que se aprecian desde lo alto. El camino de regreso te llevará hasta Cuatretondeta, un pueblo en el interior de la provincia de Alicante cercano a Alcoy donde harás noche.
Día 3: El tercer día es bastante más tranquilo y se puede decir que está más destinado al cicloturismo. Desde Cuatretondeta se inicia un recorrido por varios pueblos del interior como Facheca, Castell de Castells, Beniardá o Benifato. Todo ello mientras emprendes el camino de regreso hacia la costa por carreteras tranquilas que te terminarán conduciendo hasta el municipio marinero de Calpe.
Una vez llegados hasta esta famosa localidad te recomendamos que te des un paseo a lomos de tu bicicleta por el Peñón de Ifach, las Salinas o el yacimiento de los baños de la reina. Para hospedarte no hay mejor opción que el hotel AR Diamante Beach, donde están acostumbrados a tratar con ciclistas y pondrán a tu disposición todo aquello que necesites para recuperarte y disfrutar de tu estancia en Calpe. De hecho, cuentan con una oferta especial para ciclistas que no podrás dejar escapar.
Día 4: El último día de este particular viaje en bicicleta está destinado a disfrutar de la Costa Blanca propiamente dicha. Has de circular en paralelo al mar Mediterráneo por una carretera comarcal que atraviesa todos los pueblos del litoral como Moraira y Cap Blanc hasta llegar a Jávea, otra de las localidades más conocidas del litoral alicantino. Allí podrás hacer un parón para comer y, por qué no, darte un chapuzón en alguna de sus famosas calas (Granadella, Ambolo o Cala Blanca).
Tras esta pequeña parada habrá que retomar el camino de regreso hasta el lugar que dió inicio a este viaje: Dénia. No te olvides de pasar por Las Rotas, una zona en los alrededores de esta localidad que posee mucho encanto y en la que encontrarás calitas casi desconocidas dignas de un álbum fotográfico. Un viaje único, perfecto para realizar en familia o con amigos y del que seguro que guardarás gratos recuerdos para toda la vida.