1- Cala Portitxol (o Barraca). Jávea
Parece como un cuadro, con sus blanquísimas casas cúbicas de puertas azules, casi en la orilla, y rodeadas de vegetación que desciende por las rocas y llega casi hasta el propio mar, y el perfil de la pequeña isla de Portitxol en el horizonte.
Salvaje y agreste, el espectáculo de la cala Portitxol no acaba aquí, ya que además de bonita en la superficie lo es en sus fondos marinos. Además de bucear, en sus aguas también se puede hacer kayak o canoa pero, si lo vuestro son los deportes de viento, lo mejor es que eligáis otro lugar para practicarlo, ya que, al estar resguardada entre dos cabos -el Cap Prim y el Cap Negre- , el viento es prácticamente nulo.
A la cala Portitxol se puede acceder en coche, por la carretera del Cabo de la Nao, pero es recomendable madrugar para encontrar aparcamiento. La otra opción es bajar a pie desde el Mirador de la Cruz del Portitxol, un agradable recorrido de alrededor de media hora por senderos.
La playa tiene socorrista, servicio de hamacas y sombrillas y también un bar-restaurante con terraza que sirve ricos arroces y pescado fresco y abre todo el día en verano (en invierno solo los fines de semana).
(Imagen: javea.com)
2- Cala de Moraig. Benitachel
Desde Benitachel se tarda solo 5 minutos en coche para lllegar a su principal playa, pero para ello hay que hacer un viaje en dirección a las Cumbres del sol que no es otra cosa que el nombre de una urbanización. Ubicada tras el macizo del Puig Llorença, el enclave de la cala de Moraig no es muy cercano a zonas turísticas, por lo que suele ser bastante tranquila y poco concurrida. Es una cala de grava cuya agua, cristalina, es una invitación para hacer snorkel o bucear e introducirse en la Cova dels Arcs “una magnífica cueva acuática esculpida por el drenaje de un sistema cárstico y la acción del oleaje que ha cincelado dos grandes arcos sobre el mar”.
Está distinguida con la bandera azul y cuenta con socorrista, tiene zona de parking y acceso a minusválidos, baños y un chiringuito, por lo que es adecuada para familias. También hay autobuses públicos desde el pueblo (una fantástica opción para ahorrarse el aparcamiento, algo complicado durante los meses de verano). La parte izquierda está reservada para el nudismo.
(Imagen: mygreatestshot.blogspot.com)
3- Playa La Caleta. Villajoyosa
A pesar de tener un acceso bastante sencillo y accesible y estar cerca de la zona urbana continúa siendo una playa tranquila, poco transitada y con bandera azul. La razón por lo que curiosamente es bastante desconocida es que, al encontrarse junto al hotel Bluesense Villajoyosa, muchas personas creen que es privada, (pero no es así).
Al pie de acantilados, justo detrás de L'Esparrelló (la playa naturista a los pies del Hotel Montiboli), no es muy larga, pero sí bastante ancha. Sus transparentes aguas bañan sus arenas de grava y cantos rodados (cuidado con el desnivel del agua, puedes llevarte algún susto).
Tiene servicio de alquiler de sombrillas y kiosko.
(Imagen: minube)
4- Cala Ambolo. Jávea
Parece el mismísimo Caribe, pero seguimos aquí, en Jávea, muy cerca de la cala del Portitxol, al sur del cabo de la Nao y frente a la Isla del Descubridor. Esta cala nudista debe su nombre a la torre vigía del siglo XVI, que fue una atalaya desde donde divisar los posibles ataques de corsarios.
El acceso se hace en coche y luego simplemente hay que bajar unas escaleritas excavadas en la piedra (es conveniente hacerlo con calzado adecuado).
Recogida y abrigada por paredes de roca, la cala tiene dos partes, la parte rústica de piedras grandes y la de playa propiamente dicha, con suelo de grava y aguas increíblemente transparentes donde darse un baño o ponerse las aletas y las gafas.
A pocos metros está la isla de Ambolo, a la que se puede llegar fácilmente nadando.
Es especialmente recomendable al atardecer. No tiene chiringuitos ni bares.
Un consejo: haced una parada en el mirador una salida antes de la playa y prestad atención a los carteles de desprendimiento
(Imagen: descubriendoalicante.com)
5- La cala Les Bassetes. Calpe
En el límite entre Benissa y Calpe y junto al puerto deportivo Les Bassetes encuentra esta cala rocosa y de cantos rodados cuyo nombre hace alusión a su bahía “de aguas tranquilas y creada naturalmente por una lengua de arenisca sobre la que se asienta el Club Náutico“
Tiene una buena vista del Peñón de Ifach desde la propia playa y desde el restaurante. Pero este no es su único atractivo, ya que gracias a la calidad de sus fondos marinos de posidonia por lo que es, además, un buen lugar para el buceo y la pesca.
(Imagen: javea.com)
De la cala Les Bassetes surge un acceso al Paseo Ecológico, un recorrido con fantásticas panorámicas y que está dotado de paneles informativos que informan sobre los valores mediambientales de la zona, en concreto de la microrreserva de flora con especies como Jarilla de cabeza de gato y el Tomillo.
Si quieres disfrutar de esta cala y elegir un buen centro de operaciones para conocer todas estas tranquilas calas, visita el Hotel Diamante Beach.